Mi entrenador se llama Alfonso. Aunque ya no entrene con él, siempre será mi entrenador.
Estoy con Alfonso desde que tenía 8 años. El tiene 28 años.
Se ha ido a un club de Almeria, donde el trabajo es mejor, porque cobra más y es el jefe de los entrenadores.
Estoy muy triste porque ya no me entrena a mí, pero muy feliz por el, porque se que ganará más dinero.
A parte de enseñarme a nadar, me ha enseñado que es importante entrenar y esforzarse y creer en uno mismo. El me dijo que ganaria muchas medallas si creia en ello, y de tanto creer, la temporada pasada gane 3 medallas.
Si esta temporada gano alguna, esa será para mi entrenador.
Estoy con Alfonso desde que tenía 8 años. El tiene 28 años.
Se ha ido a un club de Almeria, donde el trabajo es mejor, porque cobra más y es el jefe de los entrenadores.
Estoy muy triste porque ya no me entrena a mí, pero muy feliz por el, porque se que ganará más dinero.
A parte de enseñarme a nadar, me ha enseñado que es importante entrenar y esforzarse y creer en uno mismo. El me dijo que ganaria muchas medallas si creia en ello, y de tanto creer, la temporada pasada gane 3 medallas.
Si esta temporada gano alguna, esa será para mi entrenador.
Estupendo, Raúl. Me gusta lo que has escrito, aunque tengas alguna falta de acentuación.
ResponderEliminarCuando las corrijas (Él, Almería, él, Aparte, ganaría y creía -ya sabes que cuando él no es artículo, sino pronombre personal, lleva tilde), introduce en la entrada también alguna ilustración sobre la natación. Seguro que encuentras miles. Esta entrada se presta a ilustrarla muy bien. Verás lo bien que te queda.